El packaging ha dejado de ser un simple complemento del producto para convertirse en parte central de la experiencia del consumidor; por lo que al diseñarlo se debe tener una visión estratégica y estar alineada con la identidad de marca.
Entonces, ¿cuáles son los secretos para un buen packaging?
2. Conocer el producto.
El diseño de empaque dependerá en gran parte del producto que contiene, y no solo hablamos de su funcionalidad de protección y contenedor, sino de la manera intangible de percepción de su valor, es decir, no es lo mismo diseñar un empaque de producto de consumo básico a uno de categoría de lujo, ya que desde el empaque tiene que transmitir esta personalidad.
3. Diferenciación.
El packaging funciona como carta de presentación de los productos y suele ser el primer punto de contacto con el consumidor por esto es de suma importancia hacerlo de una manera memorable y así desatar el impulso de compra. Se trata de seducir desde la vista y lograr impactarlo con su forma, color, texturas y materiales.
4. Herramienta de comunicación.
El packaging tiene una función informativa primordial, saber qué estás comprando. El empaque suele ser el portador de información hacia el cliente, como nombre y tipo de producto, contenido, información nutrimental, ingredientes, instrucciones de uso, fecha de vencimiento, código de barras, quién es el productor, etc. Es importante determinar qué información quieres destacar para crear un orden de lectura que ayuda al consumidor a identificar fácilmente de que se trata tu producto. *No olvides informarte sobre cuáles son los requisitos comerciales y legales para cada categoría de producto ya que es una normativa el incluir dicha información en los empaques, y por otro lado también existen parámetros con los que debemos cumplir para poder utilizar algunas palabras como “natural”, “orgánico” “light”, infórmate sobre estos.
*Hemos visto algunas marcas que se han destacado por su empaque antes que su producto, ¿recuerdas alguna?